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Omar Alshakal es un joven sirio que huyó de su ciudad natal, Deir Ez- Zor, en el año 2014 poco después de que el ISIS tomase el control de la misma. Fue herido durante un bombardeo y debido a la gravedad de la lesión que tenía en la pierna se vio obligado a viajar hasta Turquía. Desde allí, nadó durante 14 horas a Grecia, para llegar a una zona segura, libre de guerras y poco después consiguió llegar a Alemania dónde recibió asilo político.
Le resultó difícil comenzar una nueva vida tras su experiencia de escapar de Siria y decidió regresar a Grecia para ayudar a otros. Fue allí, en una pequeña isla de nombre Lesbos, dónde fundó la ONG Refugee4Refugees con el objetivo de mejorar la seguridad y apoyar a otros solicitantes de asilo que no pueden alcanzar sus metas por sí solos. La fundación responde a los refugiados que necesitan ayuda cuando entran en las aguas de la Unión Europea y los apoya en los minutos y horas iniciales después de la llegada.
Hay muchas otras personas, llegadas de todas las partes del mundo, que están embarcadas en este proyecto junto a Omar. Una de ellas, es Imaya Goikoetxea Atxabal, una joven mungiarra, que ha viajado varias veces a Lesbos y ha tenido la posibilidad de conocer en primera persona la situación.
Gracias al contacto creado por ella, desde Mungia se ha mandado ropa y calzado para los recién llegados. Además, después de la cena solidaria organizada por la asociación de tiempo libre, Txispeleta Eskaut Taldea en colaboración con la ONG Gizaberri y el Ayuntamiento, han comprado un coche todoterreno de segunda mano que sirve para trasladar a los que llegan desde las playas a las zonas seguras.
Actualmente, la ONG tiene varios proyectos en la isla. Por un lado, proporciona sábanas, agua y comida, además de ropa seca a los recién llegados que se quedan en Stage 2, campo de refugiados transitorio de Naciones Unidas, lugar dónde están hasta que les pueden trasladar a Moria, el campo principal de la isla. En el norte de la isla, junto con otras ONGs, han creado Happy Family con el propósito de ayudar a los más pequeños y hacerles más llevadera su estancia en los campos.
Con el dinero que reciben de las donaciones compran lo necesario para ese primer acogimiento; es decir, la comida, el agua y el kit de sábanas. También pagan la gasolina que se usa en el todoterreno y en el generador de Stage 2 para que haya calefacción.
Aunque la llegada de botes ha sido masiva, la situación se ha podido controlar bastante bien. Es ahora, cuando el otoño e invierno se acercan, cuando necesitan más nuestra ayuda.
Por eso, desde el CD Mungia hemos decidido sumarnos a ayudar a este proyecto. El dinero obtenido de la rifa del Torneo Mungia Hiria irá destinado a Refugee4Refugees para que pueda seguir creciendo y ayudando a más gente.
Porque recordad, como Emilio Galeano decía “mucha gente pequeña en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas puede cambiar el mundo”.